La distancia correcta

La distancia correcta (2003) es un vídeo coproducido por el Centre d’Art Santa Mònica de Barcelona y el MUA de Alicante. Con una duración de 8’30”, y grabado en formato 16:9, está concebido no como dos vídeos, sino como un mecanismo para dos pantallas, una al lado de otra, ligeramente separadas entre ellas, y dos estéreos.

Pensado como un proyecto de investigación en las imágenes, en La distancia correcta, un personaje llega a una ciudad y a una especie de garaje preparado para vivir en é, allí construirá, minuciosamente, un mecanismo explosivo. En la pantalla de la derecha la misma acción es contada en flash-back.

Lo que vemos son una serie de encuentros y desencuentros del personaje con otros personajes, con las imágenes de otros personajes, a la vez que una serie de coincidencias y diferencias entre las dos pantallas que acaban por construir un engranaje entre los hechos y el recuerdo de ellos. El sonido que funciona como descripción del espacio nos da pistas de la distancia entre actor y cámara y actor y pantalla. A ese universo fragmentado, que uno debe recorrer trazando líneas de continuidad, contribuye la banda sonora compuesta por Mark Cunningham y Silvia Mestres, un tema partido en dos y que necesita de los dos estéreos para completarse.

En este proceso de construcción del mecanismo el personaje experimenta distancias respecto de las imágenes que aparecen en la pantalla de retro-proyección, y con ello recompone el plano. Busca la mejor postura posible: la mejor interpretación posible…, aquélla que amplía la relación y aporta una dimensión especulativa a las imágenes, la que no las deja quietas y no da una posición por definitiva. Las imágenes arrojan sentidos sobre sus acciones y viceversa. Implicado en las imágenes el personaje conseguirá desprenderse de ellas construyendo el mecanismo explosivo, conseguirá alejarse de ellas y tomarlas cómo lo que son: imágenes.

La distancia correcta plantea la “distancia” como un problema inseparable de la imagen. La distancia correcta entre cámara y actor o modelo y entre éstos y el fondo, la relación cuerpo-decorado, la dimensión ideológica en las relaciones figura/fondo, las relaciones entre técnica e ideología, la distancia entre ficción y real, autor y público, etc.

¿Cuál es la distancia adecuada para relacionar cada uno de estos elementos? ¿Hay una distancia correcta entre ellos? Hay varias distancias posibles, pero ¿hay una que podamos considerar más correcta que otra? Y si la hay ¿por qué?

Partiendo de la hipótesis de que lo real se ha convertido en ficción y de que , por tanto, ya no hay ficción, de que ya no es la ficción la que imita la realidad, sino que es lo real lo que reproduce la ficción, La distancia correcta trata de experimentar lugares y distancias infradistancias a veces, para la ficción y la realidad, para el autor y el espectador, ¿Qué ocurre cuando las personas envueltas en los dos polos de construcción de las imágenes no son puramente autor ni espectador, cuando se escapan a esa relación?

La distancia correcta lleva la producción al lugar de la interpretación, de la recepción de las imágenes.